
Anguita
Descripción
Anguita. Hay pueblos que son armónicos. Hay pueblos donde nada chirría y nada sobra, todo está perfectamente encajado en su marco natural. Anguita es uno de esos lugares sin broza, donde las casas están maridadas con las rocas que rodean el pueblo, provocando, como si quisieran echarse encima. Además tiene un río con una huerta privilegiada, flanqueado de cuevas y, por si esto fuera poco, tiene su personaje: El Cid; y también su historia: allí se constituyó la Diputación Provincial de Guadalajara en 1813.
Anguita tiene una torre vigía que se alza sobre el cortado que domina el pueblo, sobre el Tajuña. Se la conoce como torre de las cigüeñas o de los moros. Se puede acceder a ella. Su origen se data entre los siglos XIII y XIV. Desde Anguita a Luzón, se disfruta de uno de los paisajes más hermosos de cuantos existen por estas sierras casi alcarreñas o por estas alcarrias casi serranas. Una pista de tierra en buen estado acompaña al río Tajuña en su curso durante varios kilómetros. Cárcavas, roquedales y chopos estirados hasta no poder más indican el cauce del agua. El sol tiene sus justas horas. Anguita, en una primera impresión, parece un pueblo viejo y protegido. Nació en las dos márgenes del río y con el paso del tiempo fue ascendiendo hacia la montaña por su ladera más benigna. El "Poema del Mío Cid" cuenta que en su parte baja, conocida entonces como Las Cuevas de Anguita, acampó Rodrigo Díaz camino del destierro. Tal vez sea esta zona del pueblo la más atractiva. Las casas, a modo de cuevas, se han ido haciendo bajo los enormes pedruscos inclinados y amenazantes que parecen recostarse sobre el Tajuña. Se diría que en cualquier momento pudieran ser aplastadas por el furor de la naturaleza. A su vera, la hermosa iglesia románica de la Virgen de la Lastra, patrona de la localidad. El resto del pueblo camina hacia arriba, donde una iglesia y abundantes casas conforman su estructura.
Fuera de ruta
A menos de cinco kilómetros de Anguita, podrás llegar a Aguilar de Anguita. Aguilar de Anguita está emplazado sobre un promontorio desde el cual se tienen envidiables vistas del valle con cultivos de secano. Viniendo por el Oeste, desde Alcolea, Aguilar ofrece una panorámica singular, ya que parece erguirse sobre una pequeña sierra de dientes de piedra, interrumpida por la carretera. El pueblo es pequeño y conserva buena parte de su arquitectura tradicional de casas por lo general de mampostería.
La importancia de Aguilar se debe a que su término municipal constituye, en sí mismo, un importante territorio arqueológico. Los viajeros interesados tendrán la oportunidad de visitar el Dolmen del Portillo de las Cortes, de la Edad del Bronce, razonablemente conservado, probablemente el más antiguo de España, con aproximadamente unos 5.000 años de antigüedad. En el término municipal hay varios castros o núcleos de población celtibéricos con sus correspondientes necrópolis. En una de ellas, la necrópolis de El Altillo, de la Edad del Hierro (siglos V y IV a.C.), se han hallado miles de tumbas alineadas en filas, formando una especie de avenidas, muchas con ajuares de guerreros (cascos, cuchillos, puntas de lanza, espadas, bocados de caballo, etc.).
Aunque el viajero nada podrá ver, salvo el campo bajo el que hoy se ocultan, queda la emoción de estar sobre uno de los enterramientos más espectaculares de la Edad de Hierro dentro del interior peninsular. Los numerosos e importantes materiales encontrados en las excavaciones llevadas a cabo desde principios del siglo XX se hallan en el Museo Arqueológico Nacional. Una de las piezas más singulares halladas, es un pectoral celtíbero, que hoy sirve de motivo para el sello del Salvoconducto del Camino del Cid: estos pectorales (cubrían pecho y espalda) eran usados por los guerreros celtíberos como símbolo de distinción.
Otro importante enclave arqueológico es el campamento ibero-romano de La Cerca. Se encuentra entre Aguilar y Anguita, y tal vez podría tratarse de un castro de la Edad de Hierro reocupado por los romanos. Aún hoy pueden verse los restos de sus murallas; posiblemente fuera una plaza fuerte utilizada por los romanos para su conquista de la Celtiberia. El alto se halla a 1162 metros, y posee unas vistas excelentes del valle del Tajuña.
Para llegar a los lugares aquí descritos es necesario caminar por caminos y sendas, y se hallan aproximadamente a 2 km. a la redonda del pueblo, por lo que recomendamos llevar botas de senderismo. Para conocer la ubicación exacta de estos sitios es recomendable acudir al Mesón Casa Juan, situado a la entrada del pueblo.