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Castillo de Torija

Castillo de Torija


Descripción

Torija es la Puerta de la Alcarria. Su castillo del siglo XV es el segundo que tuvo la villa. Lo mandó construir el marqués de Santillana tras el asedio y posterior incendio que el propio noble y poeta hizo sobre la fortaleza de su familia, tras ser tomada por las tropas del navarro Juan de Puelles. Íñigo López de Mendoza expulsó a los invasores de sus tierras, tras dos años de asedio, y en compensación levantó uno nuevo castillo que sería visitado años después por Carlos V, Felipe II y Juan de Austria hasta que el Empecinado lo volase en el siglo XIX para evitar que se hicieran fuertes las tropas napoleónicas.

Desde entonces, se ha restaurado en varias ocasiones. En la actualidad es la sede del Citug, un centro de interpretación turística moderno y útil donde los visitantes pueden hacerse una idea completa de las posiblidades que ofrece la provincia. Un espacio medieval donde se puede ver, oír, oler, gustar y tocar Guadalajara desde las Sierras hasta la Alcarria, pasando por la Campiña y las tierras molinesas. En la Torre del Homenaje del castillo se encuentra el Museo del libro “Viaje a la Alcarria”, el primero en España dedicado a un libro.

La plaza de Torija, sus calles empedradas, la iglesia del siglo XVI, sus vistas al valle desde la Carralafuente o Barbacana, la impresionante fuente del lavadero, así como una rica y variada gastronomía, hacen de esta villa una de las más interesantes de nuestra Ruta.

Galería de imágenes




Fuera de ruta

Desde Torija, por CM2011 llegamos a Brihuega en apenas diez minutos. Como a mitad de camino, a nuestra derecha queda Fuentes de la Alcarria.

En Fuentes de la Alcarria se conserva en buen estado algún lienzo de su vieja muralla y una de sus puertas, la que fuera acceso al castillo desde la ciudad amurallada. Bajo sus pies se encuentra el “gorgotón”, nacimiento del río Ungría, sin h. Sus aguas corren en sombra (de ahí su nombre) por tierras de Valdesaz, Caspueñas … hasta llegar al Tajuña. Parar en Fuentes es una buena excusa para luego perderse por el valle del Ungría, corazón de la Alcarria Alta.

Pero sigamos con la vista al frente. Algo más allá del cruce de Fuentes, sin dejar la CM2011, esta vez a mano izquierda, podemos disfrutar, junto a la carretera, de uno de los árboles más espectaculares de la provincia, un cedro del Líbano, al que Cela confundió con un pino japonés. A su vera estuvo en tiempos el palacio de don Luis, hoy desaparecido. Antes de llegar a Brihuega es obligado disfrutar, desde la conocida como Curva de Hemingway (en honor al Premio Nobel que desde allí escribió una de sus crónicas de la Guerra Civil del 36) de la vista del pueblo, “de color gris azulado, como de humo de cigarro puro”, encajado en un hoyo.